Section: Museum objects
Title or name of object: Modelo de nao de Utrera (c. 1550). Reproducción
Dates: 1932
Description: El modelo representa una embarcación de origen cántabro o vizcaíno con mucha manga, poca eslora, bordas altas y elevadas superestructuras. El casco es de construcción a tope reforzado por gruesas cintas que resaltan sobre el forro, proa lanzada y popa plana con timón de codaste, en este caso perdido aunque está representada la limera por la que pasaría la caña del timón al interior de la tolda. A proa, la cinta superior continúa más allá del casco formando los laterales o madres del espolón, plataforma triangular en la que se apoyaba el palo bauprés casi horizontal. A proa y popa presenta altas superestructuras perfectamente integradas en el casco, no como en siglos anteriores que eran una especie de cajones salientes que podían arrancarse durante los grandes temporales. La superestructura de popa, el alcázar o tolda, llega hasta casi la mitad del puente y encima lleva una estructura menor o toldilla. Cinco fuertes refuerzos verticales aseguran la unión del alcázar con el casco, a la vez que fortifican éste. El alto castillo o superestructura de proa está colocado muy avanzado y asegurado al casco con tres refuerzos verticales. El modelo posee una cubierta corrida, en la que no se ha señalado ninguna escotilla ni fogonadura para los palos, sobre la que iban los cañones como vemos por las portañolas que se abren en los costados, tres a proa, tres a popa y una a cada lado del timón. Aunque el autor únicamente representó el casco podemos deducir por las mesas de las tablas de los obenques que aparecen encastradas en los refuerzos verticales de popa y las muescas que han dejado las que llevaba en los de proa, que su arboladura estaría formada además de por el bauprés, por un palo trinquete y otro mayor aparejados de velas cuadras y el mesana con latina. A pesar de tratarse de un modelo tipo exvoto, no sometido a escala, por los detalles que podemos apreciar en su factura, su autor debió de ser un carpintero de ribera o un marinero con conocimientos de construcción naval.Descripción: 1932Madera, metal.Alto 45 cm, longitud 112 cm, fondo 45 cm.Puntal 15, eslora entre perpendiculares 86 cm, manga 30 cm. Estado de conservación: buenoRepresenta una embarcación de mucha manga, poca eslora, bordas altas y elevadas superestructuras. El casco es de construcción a tope reforzado por gruesas cintas que resaltan sobre el forro, proa lanzada y popa plana con timón de codaste, en este caso perdido aunque esta representada la limera por la que pasaría la caña del timón al interior de la tolda. A proa la cinta superior continua más allá del casco formando los laterales o madres del espolón, plataforma triangular en la que se apoyaba un palo casi horizontal llamado bauprés. A proa y popa presenta altas superestructuras perfectamente integradas en el casco, no como en siglos anteriores que eran una especie de cajones salientes que podían arrancarse durante los grandes temporales. La superestructura de popa, el alcázar o tolda, llega hasta casi la mitad del puente y encima lleva una estructura menor o toldilla. Cinco fuertes refuerzos verticales aseguran la unión del alcázar con el casco a la vez que refuerzan éste. El alto castillo o superestructura de proa está colocado muy avanzado y asegurado al casco con tres refuerzos verticales. El modelo posee una cubierta corrida, en la que no se ha señalado ninguna escotilla ni fogonadura para los palos, sobre la que iban los cañones como vemos por las portas que se abren en los costados, tres a proa, tres a popa y una a cada lado del timón. Aunque el autor únicamente representó el casco podemos deducir por las mesas de las tablas de los obenques que aparecen encastradas en los refuerzos verticales de popa y las muescas que han dejado las que llevaba en los de proa, que su arboladura estaría formada además de por el bauprés, por un palo trinquete y mayor aparejados con velas cuadras y mesana con latina.A pesar de tratarse de un modelo tipo exvoto, no sometido a escala, por los detalles que podemos apreciar en su factura, su autor debió de ser un carpintero de ribera o un marinero con conocimientos de construcción naval.Conocer las características de las embarcaciones de esta época es difícil debido a que los barcos se construían de forma empírica, cada maestro seguía unas reglas establecidas por la costumbre y su propia experiencia. Los primeros tratados de construcción aparecen a fines del siglo XVI y su comprensión es problemática debido a su falta de precisión y dificultad en la interpretación de vocablos y medidas empleados.La voz nao además de un genérico sinónimo de barco, en castellano designa a un tipo de embarcación, que se difunde por el mediterráneo durante el siglo XII y XIII, de tipo redondo, construida siguiendo la regla del as, dos, tres (la manga era uno, la quilla recta dos, la eslora tres y el puntal medio), alto bordo, grandes superestructuras a proa y popa, propulsión a vela, de gran capacidad de carga y dedicada al comercio de cabotaje.En el siglo XVI las naos llegarán al punto más alto de su evolución. Son naves construidas principalmente para la navegación de altura; sus cascos de líneas cuidadas, fuertes y robustos y la especialización de su arboladura y velamen, hacen de ellas naves de gran maniobrabilidad, estabilidad, velocidad y capacidad de carga, aptas para hacer frente a las mares gruesas de las navegaciones atlánticas y a los ataques de los enemigos. Serán las protagonistas de los grandes descubrimientos geográficos del siglo XVI y las naves de las flotas de Indias por excelencia.Las naos del siglo XVI tienen mayor eslora y manga que en el anterior, quilla recta corta, gran lanzamiento de proa, conservan las altas superestructuras de proa y popa y poseen una o dos cubiertas corridas. Su tonelaje pasa de los 80 a 100 toneles de fines del siglo XV a los 600 u 800, aunque los constructores recomendaron siempre para la navegación a Indias las de 400 a 500 toneles. Arbolan, además del bauprés, tres palos: trinquete, mayor y mesana; las naos grandes podían llevar un cuarto palo situado muy a popa llamado contramesana o buenaventura. Mayor y trinquete aparejaban velas cuadras, la más adecuada y segura para navegaciones con mar gruesa y viento de popa, la vela baja del mayor se llamaba vela mayor o papahigo y gavia la alta, las del trinquete se llamaban trinquete la baja y gavia o borriquete la alta; mesana y contramesana aparejaban velas latinas que mejoran la maniobrabilidad de la embarcación y la navegación con vientos de costado; el bauprés llevaba una vela cuadra sobre una verga horizontal que pendía de él llamada cebadera. Desde mediados del siglo XVI comenzaron a aparejarse una o dos velas cuadras encima de las gavias y a dotar a las velas de rizos: filas horizontales de cabos que permiten recoger la porción de vela situada por debajo de ellos para disminuir su superficie, y aparecen las llamadas tablas o mesas de guarnición sobre las que se recogen y tensan los obenques o cabos que afirman los palos en sentido lateral.Aunque nunca perdieron su carácter mercante debido a la necesidad de defenderse de los continuos ataques de piratas y corsarios en se ordena que todas las naves que viajasen a Indias debían ir armadas. Las piezas de artillería se instalaban en la cubierta más baja para hacer descender el centro de gravedad y mejorar la estabilidad de la nave. Las dotaciones de las naos armadas se componían de gente de mar y guerra y la proporción era de uno a dos soldados y de cinco a siete marineros por tonel.Serie: Modelos de barcos: exvotos
Materials and dimensions: Madera . Metal. - 42 cm x 111,5 cm x -. - Dimensiones: Eslora pp 86 cm; manga 30; puntal 15 cm Puntal 15; eslora entre perpendiculares 86 cm; manga 30 cm
Object history: Relación: Marina de vela siglo XVI. Carlos I. Felipe II. Armada de Indias. Armada Mar Océano. Galeones vascos
Notes: Guillén apunta con toda razón la similitud de este modelo con el navío que aparece representado en segundo plano en el paño III Triunfo de la Muerte de la serie de tapices Triunfos de Petrarca manufactura de Marc Crétef (c 1540) en Amberes, propiedad del Patrimonio Nacional, actualmente expuesto en el Palacio de San Ildefonso, Segovia.
La nao era una embarcación propulsada a vela que surgió en el siglo XII construida en el Mediterráneo por los carpinteros de ribera siguiendo la proporción as, dos, tres: tomando como unidad de medida la manga, la longitud de la quilla recta era de dos veces la manga, tres la eslora, media el puntal y un tercio el plan. Posteriormente esta regla sufrió correcciones, pues a mediados del siglo XVI, según los tratadistas Escalante de Mendoza (1572) y García de Palacio (1587), la nao promedio tenía una eslora 3,2 veces la manga, la quilla 2,2; el puntal 0,52 y la eslora con relación a la quilla recta era de 1,55; es decir había aumentado la eslora y en menor proporción la quilla, mientras que el lanzamiento de la proa sufrió un acusado incremento. La manga fue creciendo constantemente, por lo que el porte o tonelaje de las naos resultado de aplicar la regla fue cada vez mayor, de los 80 a 100 toneles de fines del siglo XV se pasó a los 600 a 800 del último tercio del XVI, cuando este tipo de embarcación alcanzó su nivel de perfección. Hasta mitad del siglo referido se consideraba nao gruesa la que superaba los 150 toneles; en la segunda mitad, este concepto se aplicaba a las que superaban los 300. El ideal para las flotas de Indias se cifraba en los 400 a 500 toneles. También la estructura sufrió un acusado desarrollo; en los siglos XIV y XV poseían una sola cubierta y escaso puntal, popa redonda, raseles poco acusados y castillos o superestructuras a proa y popa; éste, llamado alcázar, iba cubierto por una tolda o toldilla en el extremo de popa, llegaba casi hasta el palo mayor, mientras que el de proa era más pequeño y raso. A finales del siglo XVI las cubiertas de las naos gruesas eran dos sobre otra andana entre el plan y la primera cubierta de baos sin tillar, notable lanzamiento de la proa, quilla recta corta y raseles más importantes, crecidas superestructuras a proa y popa como es el caso del modelo , que con el tiempo volvieron a decrecer. En origen llevaban aparejo latino de dos a tres palos con velas de cuchillo, pero posteriormente arbolaron cuatro palos: bauprés, trinquete, mayor y mesana con velamen redondo. El tamaño de la arboladura era proporcional al porte de la nao y se tomaba la eslora, la manga y la quilla como unidades de medida para los palos y verga; así, según García de Palacio (1587), el palo mayor tenía una longitud igual a la eslora, el de trinquete como la quilla y el de mesana 2/3 del trinquete. Las velas eran: cebadera en el bauprés, trinquete en el mismo palo, mayor y gavia en el mayor y latina del mismo paño que la cebadera en el de mesana. Más tarde se añadió la vela velacho en el de trinquete y en algunas naos gruesas se arboló un palo contramesana cerca del coronamiento de popa para mejorar el gobierno. La nao no tenía mucha velocidad y escasa capacidad para ganar barlovento navegando de bolina, sin embargo, poseía buena estabilidad, mantenía el rumbo con facilidad y era maniobrera; en resumen, aguantaba bien los malos tiempos. Para mejorar la estabilidad se acudía a poner contracostados, o sea embonar los cascos para aumentar la manga, aun a costa de perder capacidad de navegar de bolina. Tenían el inconveniente, común a todos los navíos, de situar el palo trinquete muy a proa, por lo que con mares gruesas, al cabecear sufría mucho y si faltaba el bauprés, se venía abajo, defecto que se trasmitió a los grandes navíos de línea de los siglos XVII a XIX. Respecto a la artillería que montaban las naos de guerra, aunque las ordenanzas de la Casa de la Contratación de 24 de marzo de 1554, establecían el armamento que debía llevar cada nave, en realidad nunca estuvo normalizado, pues el número y calibre de las piezas dependía de las disponibilidades, siempre escasas, tanto de los propietarios como de lo que podía entregar la corona cuando eran embargadas o tomadas a sueldo para formar en las armadas. Montaban hasta 50 piezas, y un ejemplo de la variedad de tipos lo muestra la nao San Diego (1600), armada con una culebrina, cuatro sacres, tres medios sacres, un medio cañón, tres falcones y dos pedreros. Los cañones iban en carros o cureñas de dos ruedas, y la escasa manga impedía jugar con soltura la artillería gruesa (culebrinas) durante el combate. Se disparaban a través de portañolas, aberturas situadas en el casco en hileras paralelas a las cubiertas. Embarcaban de 30 a 50 proyectiles o balas por cañón. Las naos gruesas de la corona del siglo XVI eran construidas de acuerdo con medidas de eslora, quilla, manga y puntal claramente especificadas en el contrato y expresadas en codos de dos tercios de vara castellana y un dedo atravesado. Las naos españolas mejores fueron botadas en los astilleros de Guipúzcoa, Vizcaya y Cantabria, y el perfeccionamiento de sus características llevó al galeón que alcanzó la configuración prácticamente definitiva a partir de la serie de los nueve botados en Guarnizo y diseñados por Cristóbal de Barros (1584). Las tripulaciones de las naos armadas en guerra estaban compuestas por gente de mar y de guerra. Se seguía la regla de embarcar de 5 a 7 marineros y de 1 a 2 soldados por tonel. La vida a bordo resultaba extremadamente dura; la base de la alimentación era el bizcocho o galleta dura recocida, el agua y el vino, el tocino y la menestra de arroz; según el día de la semana se completaba la dieta con queso, habas, garbanzos, atún, bacalao, pulpo, sardinas y vinagre. Las enfermedades eran las propias del hacinamiento, mala conservación de los alimentos y vestuario inapropiado. Las naos fueron protagonistas de los descubrimientos geográficos realizados a partir del siglo XV, constituyeron el grueso de las flotas de Nueva España y Tierra Firme (siglos XVI y XVII) y el nervio de las armadas que intervinieron en las numerosas campañas navales sostenidas por España desde los Reyes Católicos (1479-1516) hasta la segunda mitad del siglo XVII, siendo destacable su actuación en la anexión de Portugal (1580), Azores (1582 y 1583) y la Gran Armada de 1588.*
. Existe una fotografía modelo original en el Archivo fotográfico del museo. Londres. 1988. Armada 1588-1988. An International Exhibition to commemorate the Spanish Armada. 2000. Carlos V la Náutica y la Navegación. Museo de Pontevedra. IV feria de la Ciencia, 2003, Madrid. Exposición. La juventud del soldado. Un viaje virtual a las tierras de Felipe II. Capilla del Oidor, Alcalá de Henares, Madrid. 2005
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