Cartografía de la frontera hispano-portuguesa

La frontera hispano-portuguesa, desde la desembocadura del Miño hasta la desembocadura del Guadiana, tiene una longitud de 1.214 Km y es una de las más antiguas y más detalladamente definidas de Europa.

El trazado general actual se configura en la Edad Media mediante los tratados de Zamora (1143), Badajoz (1267) y Alcañices (1297). Sin embargo, su delimitación exacta y definitiva se fijó por los tratados de límites firmados entre 1864 y 1926.

Entre la documentación que producen los tratados firmados entre 1864 y 1926 se encuentran la mayor parte de los cerca de 200 mapas, planos y croquis que forman parte de este micrositio. Descritos en el Catálogo de cartografía histórica de la frontera hispano-portuguesa, suman más de 1.500 hojas y se conservan en el Archivo de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército.

Los trabajos cartográficos de la línea fronteriza anteriores a la firma del Tratado de Límites de 1864 eran escasos y carecían de detalle y precisión científica. En el siglo XVIII se elaboraron, por parte de los ingenieros militares de ambas naciones, algunos mapas de cierto interés. En España destacan los trabajos del ingeniero Antonio de Gaver, que realizó sus mapas por Orden Real de Fernando VI según la instrucción formada por el Marqués de la Ensenada con el valor añadido de que no solo cartografió los términos de frontera, sino que fue recabando, tal como ordenaba la primera Ordenanza del Cuerpo de Ingenieros, del 4 de julio de 1718, numerosos datos de los pueblos.

Complementan a los materiales cartográficos materiales textuales conservados en el Archivo del Centro Geográfico del Ejército y en la Biblioteca Central Militar. Son estudios descriptivos de la frontera y actas y memorias de los comisionados por los gobiernos de España y Portugal para fijar la línea de frontera entre los dos países conforme a lo dispuesto en el Tratado de Límites de 1864 e instrucciones de 1866.