V.C.-Reina María Cristina

Notes: Clasificación razonada: la fotografía de la tarjeta postal muestra una vista desde popa del vapor Reina María Cristina, uno de los buques de la Compañía Transatlántica Española. En la imagen se distingue la bandera de la compañía (azul con círculo blanco en el centro).
El primer marqués de Comillas, Antonio López y López, fundó la Trasatlántica hacia 1849 como "Compañía de Vapores Correos Antonio López", con la intención de cubrir un servicio de cabotaje entre Guantánamo y Santiago. El servicio fue autorizado por el Gobierno central el 5 de marzo de 1851. En 1861, López consiguió la concesión de los contratos de transporte de peaje y correo entre España y las Antillas. En 1881, la compañía se transformó en sociedad anónima y cambió de nombre, pasando a llamarse "Compañía Trasatlántica". En 1974, desapareció el último buque de pasajeros y cuatro años más tarde la Trasatlántica se integró en el Instituto Nacional de Industria. Finalmente, en 1994 se privatizó.

El vapor Reina María Cristina, gemelo del Alfonso XIII, fue construido en los astilleros de Denny (Dumbarton, Escocia) en 1888. El trasatlántico contaba con las siguientes características : eslora entre perpendiculares: 400 pies; manga: 48 pies; puntal: 32 pies; calado: 24 ¼ pies; 4.549 bm; 4.381 toneladas de registro bruto y 2.632 de registro neto; 195.690 pies cúbicos de capacidad de carga; 246 pasajeros de primera clase, 52 de segunda clase, 42 de tercera clase y 800 de tropa; 29 oficiales, 75 subalternos y 39 marineros; capacidad de las carboneras: 833 toneladas. En total costó 116.025 libras a pagar en cuatro plazos. El Reina María Cristina fue puesto en grada el 4 de enero de 1888. Su botadura tuvo lugar el 24 de noviembre de ese mismo año, siendo entregado el 13 de marzo de 1889 y realizando su primer viaje comercial el 20 de marzo.

Fue construido bajo las reglas de la Bureau Veritas y preparado para poder instalar cañones y convertirlo en crucero auxiliar. El salón de música estaba decorado al estilo árabe, además, contaba con luz eléctrica y ventilación artificial para los alojamientos del pasaje y fue, junto con el Alfonso XIII, uno de los primeros buques dotados de juntas de expansión en cubierta. Con la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana (1898) se militarizó y transformó en crucero auxiliar.

Alrededor de 1906 el buque sufrió una gran restauración, perdiendo dos de sus cuatro mástiles, como se aprecia en la fotografía de la tarjeta postal que nos ocupa. El buque pasó el final de sus días pintado de blanco y sirviendo como crucero hasta su venta y desguace en 1931.
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