"El virreinato de Nueva España fue una entidad territorial integrante del Imperio español, establecida en gran parte de América del norte por la Corona durante su dominio en el Nuevo Mundo, entre los siglos XVI y XIX, etapa conocida como período colonial mexicano o, coloquialmente, la Colonia. Se creó tras la caída de México-Tenochtitlán, evento principal de la Conquista, la que propiamente no concluyó sino hasta mucho después, pues el territorio de Nueva España siguió creciendo hacia el norte. El virreinato de Nueva España se creó oficialmente el 8 de marzo de 1535. Su primer virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco, y la capital del virreinato fue la Ciudad de México, establecida sobre la antigua Tenochtitlan. El virreinato de Nueva España llegó a abarcar los territorios de España en Norteamérica, Centroamérica, Asia y Oceanía. La organización política dividía el virreinato en reinos y capitanías generales. Los reinos eran los de Nueva España (diferente al virreinato en sí); Nueva Galicia (1530); Guatemala (1540); Nueva Vizcaya (1562), Nuevo Reino de León (1569); Nuevo México (1598); Nueva Extremadura (1674) y Nuevo Santander (1746). Las capitanías fueron las de Filipinas (1574); Cuba; Puerto Rico y Santo Domingo. Estas subdivisiones territoriales tenían un gobernador y capitán general (que en la Nueva España era el propio virrey, quien añadía este título a sus otras dignidades). En Guatemala, Santo Domingo y la Nueva Galicia estos funcionarios eran llamados presidentes gobernadores, dado que encabezaban reales audiencias. Por esta razón estas audiencias eran consideradas como "pretoriales". Existieron en la Nueva España dos señoríos. El más importante fue el Marquesado del Valle de Oaxaca, propiedad de Hernán Cortés y sus descendientes. El Marquesado incluía un conjunto de vastos territorios donde los marqueses tenían jurisdicción civil y criminal, y derecho a conceder tierras, aguas y bosques. Dentro del Marquesado se hallaban sus principales posesiones (estancias de ganado, labores agrícolas, ingenios azucareros, batanes y astilleros). El otro fue el ducado de Atlixco, otorgado en 1706 a José Sarmiento de Valladares, ex Virrey de Nueva España y casado con la condesa de Moctezuma, con jurisdicción civil y criminal sobre Atlixco, Tepeaca, Guachinango, Ixtepeji y Tula. Carlos III de España introdujo reformas en la organización del virreinato en 1786, conocidas como reformas borbónicas en la Nueva España, en las que creaba las intendencias, que permitieron limitar, en cierta forma, las atribuciones del virrey. Desde principios del siglo XIX, el virreinato cayó en crisis, agravada por la Guerra de la independencia española, y su consecuencia directa en el virreinato, la crisis política de 1808, que acabó con el gobierno de José de Iturrigaray y más adelante dio pie a la Conjura de Valladolid y la conspiración de Querétaro. Esta última fue el antecedente directo de la guerra de independencia mexicana, la que, al concluir en 1821, desintegró el virreinato y dio paso al Imperio Mexicano, en el que finalmente se coronaría Agustín de Iturbide. La Nueva España estaba comprendida por el actual México, más los actuales estados de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Florida y partes de Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma y Luisiana, por parte de los actuales Estados Unidos de América; así como la parte suroeste de Columbia Británica del actual Canadá; más la Capitanía General de Guatemala (comprendida por los actuales países de Guatemala, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua); más la Capitanía General de Cuba (actuales Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Guadalupe); así como, finalmente, la Capitanía General de las Filipinas, (comprendiendo las Filipinas, Carolinas y las Marianas, en el Pacífico asiático), fueron todos estos territorios partes constitutivas del Virreinato de Nueva España. Desde 1626 hasta 1642 los españoles se establecieron en el norte de Taiwán (llamada por los ibéricos Formosa -isla Hermosa-)."
"New Spain (Spanish: Nueva España) was a Spanish colony in the New World north of the Isthmus of Panama. It was established following the Spanish conquest of the Aztec Empire in 1521, and following additional conquests, it was made a viceroyalty (Spanish: virreinato) in 1535. The first of four viceroyalties Spain created in the Americas, it comprised Mexico, Central America, much of the Southwestern and Central United States, the Spanish West Indies, Spanish Florida, and eventually, the Philippines and other Pacific islands. After 1535 the colony was governed by the Viceroy of New Spain, an appointed minister of the King of Spain, who ruled as monarch over the colony. The capital of New Spain was Mexico City. New Spain lost parts of its territory to other European powers and independence, but the core area remained under Spanish control until 1821, when it achieved independence as the Mexican Empire when the latter dissolved, it became modern Mexico and Central America. It developed highly regional divisions, which reflect the impact of climate, topography, the presence or absence of dense indigenous populations, and the presence or absence of mineral resources. The areas of central and southern Mexico had dense indigenous populations with complex social, political, and economic organization. The northern area of Mexico, a region of nomadic and semi-nomadic indigenous populations, was not generally conducive to dense settlements, but the discovery of silver in Zacatecas in the 1540s drew settlement there to exploit the mines. Silver mining not only became the engine of the economy of New Spain, but vastly enriched Spain, and transformed the global economy. New Spain was the New World terminus of the Philippine trade, making the viceroyalty a vital link between Spain's New World empire and its Asian empire."