Jorge Juan y la astronomía, el Real Observatorio de Cádiz

Notas: Bibliografía
Sumario: El artículo trata de la relación de Jorge Juan con la astronomía, centrándose en su participación en la creación y funcionamiento del Observatorio astronómico de la Armada. La figura de Jorge Juan está relacionada con una gran parte de los proyectos de desarrollo científico y técnico puestos en marcha por lo gobiernos ilustrados del siglo XVIII. En primer lugar, se estudia la formación científica de Jorge Juan, que en 1730 ingresó en la Academia de Guardias Marinas de Cádiz, institución en al que obtuvo una sólida formación en las ciencias relacionadas con la navegación (matemáticas y astronomía). En aquellos años, la biblioteca de la academia gaditana contaba con ejemplares de los autores más destacados de la ciencia moderna (Newton, Galileo, Huygens, Fermat, Boyle, Hooke, Riccioli, Bernouilli, etc.), los grandes tratados de la navegación del siglo XVI y la mayor parte de los libros publicados en el siglo XVIII sobre ciencia y técnica. En segundo lugar se analiza la expedición al Virreinato del Perú para medir el arco de meridiano para solucionar la polémica y determinar la verdadera forma de la Tierra, experimento que consistía en la medición de un arco de meridiano en dos lugares bien distantes (cerca del Polo Norte y junto al Ecuador). Jorge Juan y Antonio de Ulloa regresaron a Europa en 1744, después de diez años de ausencia y fueron los primeros en publicar los trabajos llevados a cabo durante la expedición, y que demostraban la veracidad de la teoría de Newton. Ya en el reinado de Fernando VI, el gobierno del marqués de la Ensenada continuó impulsando la política ilustrada iniciada años atrás, intentando recuperar nuestra posición en la política internacional, a la vez que se realizaban reformas interiores para fortalecer el funcionamiento del Estado y la recuperación económica del país; en este contexto se puede incluir la acción de Jorge Juan al frente de la modernización científica de la Armada, iniciada con su participación en la expedición al Perú y continuada después con sus misiones de espionaje industrial en Gran Bretaña y con sus propuestas a la institucionalización de la astronomía en España, destacando la creación del Observatorio astronómico de Cádiz. En sus intentos de dar a conocer la ciencia moderna en España, como la publicación de los resultados de la expedición al Virreinato del Perú, Jorge Juan tuvo que sortear todo tipo de obstáculos, pues aún era general la oposición a la teoría heliocéntrica de Copérnico y a la física experimental newtoniana que esos resultados presuponían; las actitudes contrarias de ciertos personajes como Diego Torres Villarroel provocaron la intervención directa del inquisidor general; finalmente, las obras de ambos científicos vieron la luz en abril de 1748. Sin embargo, Jorge Juan volvió a chocar con los tradicionalistas unos años más tarde, cuando se propuso difundir una obra de astronomía, en la que defendía abiertamente los postulados del heliocentrismo copernicano. De alguna forma, los trabajos desarrollados por las expediciones organizadas para medir un grado de meridiano estuvieron directamente relacionados con los orígenes de los observatorios astronómicos creados en Europa en los siglos XVII y XVIII. Como ya se dijo, la creación de un observatorio para la realización de prácticas de observación astronómica por los alumnos de la Academia fue otra de las iniciativas de Jorge Juan, propuesta realizadas desde Londres a finales de 1749. Su idea era la de construir un centro que atendiese las necesidades de la Armada, concibiéndolo como un lugar de adiestramiento técnico anexo a la Academia de Guardias Marinas. A partir de 1753 inició su andadura docente y científica el más antiguo de los observatorios españoles, el más meridional de Europa y el que, gracias a su especial ubicación geográfica, dispondría de una major cantidad de días despejados al año para la observación del cielo; será a partir de 1768, tras ser nombrado Tofiño como director de la Academia, cuando se empiece a dotar a los resultados obtenidos en el Observatorio una solidez científica importante. Tras su ascenso a capitán de navío y muy poco después de haber propuesto al marqués de la Ensenada la creacion del Observatorio y la reforma de las enseñanza náuticas de la Academia, Jorge Juan fue destinado a Cádiz como capitán comandante de la Compañía de Guardias Marinas esteblecida en esta ciudad. A partir de entonces, además de la organización del Observatorio, Jorge Juan llevó a cabo una reestructuración de la institución destinada a la instrucción científica de los oficiales de los nuevos buques construidos en los arsenales. La caída en desgracia del marqués de la Ensenada, con la consiguiente pérdida de influencia de Jorge Juan en las altas esferas, fue la primera señal de una crisis para los proyectos científicos ilustrados. No obstante, durante su residencia en Cádiz, su actividad fue muy sorprendente: comandante de la Compañía de Caballeros Guardias Marinas, impulsor del Observatorio, responsable de la mejora de los arsenales de la Marina y creación de una tertulia científica (Asambles Amistosa Literaria). Jorge Juan fue reclamado por las muchas tareas que tendría que acometer al servicio de la Marina y del Estado; muy poco tiempo después fue nombrado director del Real Seminario de Nobles (1770); a pesar de su ingente actividad y de sus numerosas contribuciones a la ciencia nacional dejaría numerosos proyectos pendientes relacionados con la astronomía; unos proyectos que, como consecuencia de los acontecimientos históricos que marcaron la historia de España en las primeras décadas del siglo XIX, tendrían que esperar cien años para hacerse realidad (levantamiento de un mapa preciso del territorio nacional, creación de una Real Academia de Ciencias o la puesta en marcha del Observatorio Astronómico de Madrid).