Los trabajos de demarcación de la frontera fueron realizados por ingenieros militares y, posteriormente, por oficiales del Cuerpo de Estado Mayor. El Cuerpo de Ingenieros Militares, creado en 1711, tenía encomendadas por su primera Ordenanza, de 4 de julio de 1718, entre otras competencias, las relativas a las plazas fuertes y zonas fronterizas. En 1810 se creó el Cuerpo de Estado Mayor, definido por su capacidad geográfica rigurosamente científica, con el objetivo de garantizar un adecuado nivel de información geográfica y cartográfica.
Debido a su prestigio profesional, cuando se constituyen las comisiones de límites la participación de ambos cuerpos fue especialmente importante en los trabajos de tipo técnico como la descripción geográfica y el levantamiento cartográfico de los territorios fronterizos así como la demarcación provisional o definitiva de la línea fronteriza.
El personal facultativo de la Comisión Mixta de Límites, para negociar las discrepancias que habrían de surgir asociadas a la delimitación, necesitaba contar con una representación gráfica precisa y actualizada de la raya, que no existía. Para suplir esta carencia, se procedió de forma unilateral o conjuntamente a efectuar una cartografía de “urgencia”, de calidad desigual. Estos levantamientos, realizados en algún caso con teodolito y brújula, se convertirían en un instrumento auxiliar indispensable para solventar los conflictos surgidos. La mayor parte de estas representaciones se elaboraron entre 1861 y 1864 por militares de ambos países. Los dos grandes protagonistas de esta cartografía de “urgencia” fueron el ingeniero portugués Alexandre de Vasconcelos e Sá y el comandante de Estado Mayor español José de Castro López.
A José de Castro le debemos una serie cartográfica completa de la línea fronteriza compuesta por seis hojas a escala 1:100.000. Mediante signos convencionales representa la raya reconocida sin cuestión, raya pretendida en cada cuestión por los españoles, raya pretendida en cada cuestión por los portugueses y pueblos llamados promiscuos. Identifica las contiendas territoriales e incluye la relación de los pueblos interesados en cada contienda.
La representación geométrica de la Raya, la realización de una cartografía precisa de la que hasta mediados del siglo XIX era una línea imperfecta, se extendió durante aproximadamente cuarenta años, los que van desde la aprobación en 1866 de las Instrucciones para la demarcación de la frontera entre España y Portugal hasta la firma del Acta General de Demarcación de 1906. En este proceso se pueden diferenciar dos fases, separadas por un periodo de inactividad de cerca de diez años. La primera está comprendida entre finales de 1866 y comienzos de 1873. La segunda fase de la demarcación, entre 1882 y 1906, supuso la designación práctica, o sea, el señalamiento material de la línea divisoria, con el levantamiento de la primera cartografía científica.
La ejecución material de estos trabajos se encomendó a los oficiales facultativos de ambas comisiones de límites, miembros del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, cuyo prestigio profesional en el ámbito de la cartografía estaba sobradamente contrastado.