Al cura párroco de Santa María de la Almudena, al capellán mayor de San Isidro el Real, y al prior del convento de Atocha, se les remite, por orden del rey, varias banderas ganadas a los franceses en la toma de Puerto Delfín, en la isla de Santo Domingo, para que se coloquen en obsequio de la Virgen y de San Isidro en sus capillas. Incluye acuse de recibo de los tres mencionados prelados