Sección: Publicaciones de Defensa
Título: Guerra de Sucesión: defensa de Sevilla / Antonio Espíldora Peñarrubia
Autor: Espíldora Peñarrubia, Antonio
Notas: Ante el desembarco, el 24 de agosto de 1702, de las tropas de la armada angloholandesa en las costas de Cádiz, con la posterior rendición de Rota y la conquista del Puerto de Santa María, se teme el avance a través del Guadalquivir con el propósito de apoderarse de Sevilla. Ante esta situación, el cabildo de la ciudad de Sevilla se reunió con toda urgencia, al día siguiente, convocado por el marqués de Valhermoso, su asistente y maestre de campo general, para poner en su conocimiento la gravedad del momento y la imperiosa necesidad de tomar las medidas pertinentes para hacer frente a tan delicada situación. En dicha reunión quedó constituida la Junta de Guerra, presidida por el Marqués Asistente, quien tendría todas las facultades y poder de decisión para organizar la defensa de Sevilla y colabora con el Ejército de Andalucia al mando del marqués de Villadarias en la detención del enemigo en su avance por el río Guadalquivir. En este artículo, producto de un trabajo de investigación, se van detallando las disposiciones y providencias que la Junta de Guerra va tomando en sus reuniones diarias, desde 25 de agosto hasta el 30 de octubre. Para conocer con toda exactitud la situación propia y la del enemigo, y poder reaccionar con la mayor prontitud, se estableció un correo diario con el Puesto de Mando del Capitán General. Entre las medidas tomadas destacaremos: Organizar las milicias de la capital y su partido, con cuantos vecinos estuvieran en condiciones de empuñar las armas para formar compañias de infantería y caballería; reunir el mayor número de caballos, armas ligeras y pesadas comprando cuantas se pudieran; almacenar y regular la venta de trigo para asegurar el abastecimiento, manteniendo siempre una reserva; proceder a un exhaustivo reconocimiento del río, a su paso por la ciudad, buscando los lugares idóneos donde construir fortificaciones, dotándolas de personal y artillería, con la finalidad de cerrar las líneas naturales de penetración a través del Guadalquivir y tener preparadas algunas embarcaciones para ser hundidas e impedir u obstaculizar el paso de las naves enemigas; reforzar con personal, armas y embarcaciones las fuerzas del ejército propio que defendía Cádiz y Sanlúcar de Barrameda, contribuyendo a impedir la conquista de dichas plazas, o al enemigo a producir el mayor desgaste al ejército invasor, debilitando su potencia y facilitando de este modo la defensa de Sevilla ante un previsible ataque
Tipo de publicación: Artículos y Capítulos