El brigadier de Artillería y mariscal de campo de...

Notas: Bibliografía
Resumen: Este artículo trata sobre la figura de don José González Hontoria, uno de los más eminentes artilleros de la segunda mitad del siglo XIX que llegó a idear, desarrollar y fabricar unos sistemas de artillería que fueron considerados en su época entre los más avanzados del mundo. Con el paso de los años llegó a ser brigadier de Artillería de Marina y mariscal de campo de Infantería. Desde su temprara juventud, José González Hontoria estableció vínculos con la Marina. En 1864, probablemente por la repercusión de sus informes con respecto a los diferentes tipos de armamento y a los procedimientos de fundido de las fábricas españolas, fue comisionado para viajar a Estados Unidos con la misión de estudiar los adelantos de la artillería y principalmente los que se refieren a la Marina de Guerra (como la fundición de cañones que se llevaba a cabo en Estados Unidos); por este trabajo recibió condecoraciones, pues la memoria que realizó constituyó un documento monumental de enorme valor tecnológico e industrial. De vuelta a España dedicó todos sus esfuerzo a a la investigación y a las pruebas de nuevas armas que se iban desarrollando. En el Ferrol desarrolló su primer proyecto, que consitió en fundir en hueco un cañón de calibre 254 mm de acuerdo con el proceso desarrollado por Rodman. Desgraciadamente, las desastrosas circunstancias políticas, con sus prioridades, no dieron lugar a la producción industrial de esta pieza. En 1879 realizó su segundo proyecto, que consistió en un completo sistema que pretendía renovar y normalizar toda la artillería naval de España. En los cinco años transcurridos desde su proyecto anterior, los avances en el diseño de nuevas piezas habían sido muy grandes. La introducción generalizada de los blindajes en los buques de guerra requería revisar tanto los conceptos de los proyectiles como de los cañones para conseguir la suficiente capacidad de obturación. Basados en los sistemas desarrollados por el citado artillero, se fabricaron en España 326 cañones, que equiparon a 71 buques de la Armada; dicha fabricación dió un enorme impulso a la industria nacional. El enorme tesón del artillero, su capacidad organizativa, su inteligencia y su habilidad para la negociación, hizo proyectos que parecían inalcanzables; quiso crear en España una industria naval; dejó un importante legado, que fue mostrar que España debía y podía incorporarse a las corrientes tecnológicas y científicas de la época.