La gran profundidad vista desde el BSR Neptuno

Notas: Bibliografía
Resumen: Los autores del artículo estudian el BSR Neptuno, desde el cual es posible conocer no solo cuáles son las capacidades actuales de la Armada en intervención subacuática a gran profundidad, allí donde no se accede con los sistemas tradicionales de buceo en autónomo, sino también señalar hacia dónde se podría llegar en el desplegue de sonares, robots y buzos para dar respuesta a accidentes y emergencias de entidad, haciendo de nuestros fondos marinos un espacio cada vez más accesible. A continuación se estudia la historia del campo de la intervención subacuática a gran profundidad, liderada por la Armada. En cuanto a lo que se refiere a la actualidad del buque, éste ha tenido tradicionalmente asignados dos cometidos principales, como son el apoyo al salvamento y rescate de submarinos y las operaciones de intervención subacuática que le sean encomendadas. En la actualidad, la mayor parte de los cometidos que tradicionalmente tenía el Neptuno en el contexto civil han sido asumidos por otros estamentos, organismos y cuerpos del Estado en el ámbito de sus competencias. En cuanto a la intervención subacuática de gran profundidad, el Neptuno es una de las pocas plataformas del escenario nacional dedicadas en exclusiva a la intervención subacuática de gran profundidad, y eso le confiere la ventaja de ser una de las unidades de más rápido alistamiento. A esto hay que añadir que el buque está capacitado para llevar a cabo todo el proceso de búsqueda, localización, reconocimiento y recuperación de objetos sumergidos, algo para lo que está preparándose continuamente. En abril de 2011 entró en servicio un moderno complejo hiperbárico de buceo, que cumple con la normativa internacional y que permite un alto grado de monitorización de los buzos durante la inmersión, mediante dispositivos de análisis, grabación, comunicaciones y cámaras en tiempo real que existen en el contenedor de control de inmersiones. Hasta abril de 2014 se han realizado más de 300 inmersiones de parejas de buzos, en las que se han alcanzado las profundidades máximas y se han desarrollado trabajos de entidad. A continuación se estudia el robot Scorpion-03, que es un robot no tripulado con instalación fija a bordo del Neptuno, que es el único de esta clase capaz de suministrar dispositivos de apoyo vital a un submarino siniestrado y también es el único medio con capacidad de reconocimiento y manipulación hasta los 600 metros de profundidad. Para terminar, se puede decir que el Neptuno no solo representa lo que la Armada es capaz de hacer hoy en día en el campo de la gran profundidad, utilizando unos recursos limitados, sino también lo que sería capaz de hacer cuando se cuente con su relevo. La sustitución del BSR Neptuno por una nueva plataforma de buceo solucionará los problemas de aerotransportabilidad actuales, incrementará la autonomía y alcance de los medios de rescate y proporcionará una mayor independencia con respecto a las condiciones meteorológicas. Esta plataforma teambién es posible que devuelva a la Armada el atractivo para protagonizar programas de I+D en tecnología de buceo, contribuyendo a la visibilidad y prestigio de dicha institución. Todo esto permitirá que la Armada asuma un papel destacado en la protección del patrimonio histórico sumergido, la vigilancia submarina de infraestructuras críticas y de la ZEE y también podrá dar respuesta con la mayor eficacia a emergencias de gran envergadura, como accidentes de aeronaves, hundimiento de buques y siniestros de submarinos.