Sección: Publicaciones de Defensa
Título: La guerra submarina, 1914-1918 / José María Treviño Ruiz
Autor: Treviño Ruiz, José María
Notas: Resumen: Este artículo estudia la guerra submarina en la Primera Guerra Mundial. El 2 de agosto de 1914, salieron los primeros submarinos alemanes al mar escoltados por patrulleros, pues el Alto Estado Naval los juzgaba frágiles. La primera incursión de los submarinos alemanes fue desastrosa, pero a partir de septiembre cambiaron los resultados. Así, con un exitoso golpe a tres cruceros acorazados británicos, nacía el Arma Submarina, hasta ahora menospreciada por los grandes buques de superficie. Los U-Botte alemanes constituirían a partir de ese momento la principal preocupación de Churchill. La Armada alemana tomó bruscamente conciencia de la importancia estratégica de los U-Botte, capaces de enviar al fondo del mar grandes toneladas de buques de guerra en cuestión de minutos. La ocupación de las costas de Flandes por el imparable ejército alemán hizo posible establecer bases de submarinos a partir del 9 de noviembre. A finales de noviembre, el U-18 intentó llegar a Scapa Flow, siguiendo a un mercante, pero la rada estaba vacía y fue descubierto por los buques que patrullaban la entrada. El último día del año se cerró con una nueva victoria alemana, el U-20 lanzó un torpedo en las proximidades de la isla de Wight al acorazado Formidable, que se hundió con la pérdida de 15.000 hombres de su dotación. Tras la batalla de Dogger Bank, con fecha de 24 de nero de 1915, se impuso la idea de utilizar los U-Boote exclusivamente contra los buques mercantes que aprovisionaban a las islas británicas. No obstante, ante la superioridad naval de Inglaterra, la estrategia naval alemana se centró en una guerra de desgaste que agotase al Reino Unido. Tras el hundimiento de la escuadra de Von Spee en las islas Malvinas, se vió que los únicos que podían atacar el tráfico marítimo mercante con posibilidades de sobrevivir eran los los submarinos. El Estado Mayor General declaró el 4 de febrero zona de guerra las islas Británicas, las aguas de Irlanda y el Canal de La Mancha, la presión de Estados Unidos hizo que Alemania excluyese de esta amenaza a los buques neutrales, los gobiernos del Reino Unido y Francia decidieron no respetar las declaraciones del Congreso de París y minar todas las aguas próximas al Reino Unido y bloquear el tráfico mercante a los buques alemanes. Por otro lado, el 23 de mayo de 1914 Italia entró en el conflicto al lado de Francia y el Reino Unido, por lo que la Armada alemana decidió enviar al mar Adriático su flota de submarinos, para apoyar a los austríacos; así, envió a la conocida flotilla de los 30. El punto de mayor tensión de la guerra submarina al tráfico se alcanzó el 7 de mayo de 1915, cuando se hundió al SW de Irlanda un lujoso transatlántico, lo que desató una campaña mundial en contra de Alemania y su guerra al tráfico sin restricciones, por lo que a partir de septiembre el Estado Mayor de la Armada alemana ordenó la guerra al tráfico con restricciones. Sin embargo, en el Mediterráneo esas restricciones no se aplicaron, por lo que la flotilla de los 30 hundió a la Entente miles de barcos. A comienzos de 1916, ante el temor de una intervención militar norteamericana en Europa, los alemanes recondujeron la guerra submarina a una campaña con limitaciones, dentro de las zonas de guerra establecidas. A la vista de los excelentes resultados conseguidos por la flotilla de los 30, se enviaron cuatro submarinos a Cattaro en otoño. Las potencias aliadas basaban su táctica en la búsqueda y destrucción de los U-Botte. En el otoño de 1916, la entrada de Rumanía con los aliados y la mala situación del ejército alemán en las batallas de Verdún y el Somme, decidieron al Alto Mando alemán intensificar la guerra de desgaste contra el Reino Unido, para hacerlo capitular. El rechazo de los aliados a una oferta de paz por parte de los alemanes, llevó al jefe del Estado Mayor alemán a ordenar la guerra submarina sin restricciones. En la conferencia del 9 de enero de 1917, como respuesta a las declaraciones hostiles de Wilson, que llevarían a la ruptura de relaciones diplomáticas con Alemania el 5 de febrero y a la entrada en la guerra de Estados Unidos, el 6 de abril, el káiser decidió que la guerra submarina a ultranza comenzara el 1 de febrero. A partir de esta fecha, todo el tráfico marítimo fue prohibido en las aguas de Gran Bretaña, Francia, Italia y el Mediterráneo oriental. Las sucesivas ampliaciones de la zona de guerra perjudicaron a España en cuanto a la seguridad de la navegación en Canarias, el Sáhara occidental y Guinea Ecuatorial. El 17 de marzo, los U-Botte hundieron tres buques mercantes norteamericanos, precipitando la entrada en guerra de los Estados Unidos en abril. Al entrar en vigor la guerra submarina sin restricciones, fue en progresión ascendente; el principal esfuerzo se hacía en el Mediterráneo occidental, áres preferida de los U-Botte. La cantidad de buques hundidos disminuyó drásticamente al poner en funcionamiento en 1917 a la puesta en funcionamiento del sistema de convoyes en todos los mares; también tuvo gran importancia la intensificación de las patrullas antisubmarinas, debido al aumento de buques de superficie con cargas de profundidad e hidrófonos por la entrada de Estados Unidos en la guerra a partir de 1917 y el minado de extensas zonas de aguas costeras en el Mediterráneo y en el canal de la Mancha. A partir de mayo, los 24 U-Botte que quedaron en el Mediterráneo cambiaron su táctica, realizando ataques de forma conjunta, algo que se repetiría en la Segunda Guerra Mundial. La pérdida de las bases navales de Cattaro y Pola por parte de los austro-húngaros, hizo imposible la actividad de los U-Botte en el Mediterráneo a partir de octubre. El 11 de noviembre de 1918 Alemania firmó el armisticio con los aliados; de los 375 submarinos que entraron en combate en la Primera Guerra Mundial, se perdieron el 54%. La Armada alemana se encontró que no podía construir estos submarinos durante dos décadas. Como conclusiones, se puede decir que la Primera Guerra Mundial significó la mayoría de edad del submarino como arma naval. De los submarinos aliados no se puede decir mucho; tan solo es digna de mencionarse la gesta de los británicos en los Dardanelos, por su audacia al penetrar por los estrechos turcos para atacar a dos cruceros alemanes cedidos a los turcos. El gran error de la Armada alemana fue no creer desde el primer momento en el arma submarina y en poner todo su esfuerzo de guerra naval en la construcción de centenares de este buque, que habría obligado al Reino Unido a firmar el armisticio.
Registros relacionados: En: Revista general de marina. - Madrid : Depósito Hidrográfico, 1877- = ISSN 0034-9569. - 01/08/2014 Volumen CCLXVII agosto / septiembre - 2014 , T. 267 (ag.-sept. 2014), p. 299-313
Materia / lugar / evento: Arma submarina
Submarinos
Guerra naval
Operaciones navales
Países aliados
1914-1918
Alemania
Tipo de publicación: Artículos y Capítulos