Sección: Publicaciones de Defensa
Título: La fragata de guerra Mercedes, ¿el último caso? / Teodoro de Leste Contreras
Autor: Leste Contreras, Teodoro de
Notas: Bibliografía
Sumario: El artículo trata sobre la defensa por parte del Estado español del patrimonio historico cultural subacuático, estudiando el caso de la fragata de guerra Mercedes, hundida en 1804 por agresión británica. Los prolegómenos de la defensa del Estado sobre sus buques hundidos lo podemos encontrar en la demanda interpuesta contra la compañía Sea Hunt Inc. ante los tribunales del Estado de Virginia por los casos de las fragatas Juno y Galga, cuya certificación como buques de la Armada fue firmada en mayo de 1998. Desde tiempo atrás, el Área de Patrimonio Sumergido del IHCN realizaba un seguimiento de todas las noticias relacionadas con la protección del Patrimonio Histórico; su informe fue el que condujo a afirmar en junio de 2007 de que existía el convencimiento de que la empresa Odyssey Maritime Exploration había "profanado" los restos del naufragio de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 en aguas del cabo de Santa María. El autor del artículo continúa haciendo una reseña de cuáles son las disposiciones normativas de defensa del Patrimonio Histórico y su evolución cuando se produce el hallazgo de los restos de los galeones Santa Margarita por Treasure Salvors Inc. en 1983 y Nuestra Señora de Atrocha, por Armada Research Corp.en julio de 1985, hundidos tras un fuerte temporal en 1622. Por lo que se refiere a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, fue construida en los astilleros de La Habana en 1788; su entrada en servicio coincide con el comienzo de la Revolución Francesa y su vida activa transcurre en un perido álgIdo de hechos históricos, a saber, la guerra de la Coalición, la guerra del Rosellón, la llegada al poder de Napoleón, la guerra contra Gran Bretaña en alianza con Francia. En su breve historia, la fragata Mercedes participó tanto en operaciones de combate como de protección de convoyes contra las operaciones de interdicción británicas del tráfico marítimo con los virreinatos; la mañana del 5 de octubre, a un paso del puerto de destino, Cádiz, la fragata Clara hizo señales tras haber avistando fragatas británicas; al estar "a tiro de pistola", el comodoro Graham, que mandaba a las fragatas británicas, envió al brigadier Bustamante un aviso de que tenía órdenes de S.M. de detener a la agrupación española y conducirla a Gran Bretaña, pero Bustamante rechazó la intimidación británica y los buques británicos abrieron fuego, estableciéndose un intercambio muy intenso de disparos; la fragata Mercedes saltó por los aires, salvándose 50 miembros de la dotación; después de la destrucción de dicha fragata, las tres fragatas supervivientes del combate fueron marinadas hasta Gran Bretaña, donde se les confiscó su contenido; las fragatas supervivientes se incorporaron a la Real Armada británica y su cargamento fue vendido. Este fue el combate naval más controvertido de las guerras napoleónicas; además, el 23 de octubre fueron capturadas tres fragatas y una goleta; ante estos hechos, el mantenimiento de la neutralidad ya no fue posible. Como se puede ver, el denominado caso de la Mercedes marca un importante punto de inflexión en la defensa del patrimonio histórico naval. La fragata Mercedes tiene una especial significación, al margen de ser considerada un importante yacimiento arqueológico, por ser la tumba del resultado de un ataque injustificado en tiempo de paz, mientras que los gobiernos de Gran Bretaña y España negociaban la neutralidad, es la causa principal de la entrada en guerra de España, que se vió obligada tanto para salvar el honor como porque se vió amenazada por mar por la Real Armada británica y por tierra por el ejército francés. Por otra parte, España cuenta con uno de los patrimonios histórico-marítimos subacuáticos más importantes, y su protección suscita cada vez más atención ante el avance de la tecnología del buceo y los medios que se han puesto al alcance de los cazatesoros, dando lugar a lucrativas actividades empresariales como respetables actividades comerciales, es otra realidad. Como conclusión, se puede decir que la Armada se inicia en las cuestiones patrimoniales en el año 1792, que es cuando se crea el Museo Naval. En las aguas en las que España ejerce su soberanía y jurisdicción no solamente yacen en el fondo buques y sus dotaciones, sino también lo hacen helicópteros y aviones con sus dotaciones en vuelo, tanto del Ejército del Aire como del Arma Aérea de la Armada; todos ellos eberían ser considerados como cementerios y así ser reconocidos oficialmente. Finalizado el llamado caso Odyssey, según el autor, es el momento de impedir que los esfuerzos llevado a cabo por los distintos ministerios de la Administración del Estado entren en un proceso de congelación; sería muy útil aunar esfuerzos para conseguir la creación de una subcomisión dentro de la Comisión Interministerial de Política Marítima y de actualizar la legislación.
Registros relacionados: En: Revista general de marina. - Madrid : Depósito Hidrográfico, 1877- = ISSN 0034-9569. - 01/07/2013 Volumen CCLXV julio - 2013 , T. 265 (jul. 2013), p. 17-40
Materia / lugar / evento: Buques de guerra
Armada
Patrimonio cultural
Protección del patrimonio
Historia naval
España
Tipo de publicación: Artículos y Capítulos