Un extraño monasterio en la isla de Alborán

Notas: Resumen: Este artículo trata sobre un monasterio de monjes coptos ubicado en la isla de Alborán. Las primeras referencias a este monasterio aparecen en un artículo titulado "Comunidad de monjes coptos en la isla de Alborán. Proceden del Monte Santo de Salónica" publicado en El Español. Semanario de la Política y del Espíritu. el 26 de septiembre de 1942. El artículo corresponde, en su mayor importancia, a Elías Montes Sobrino, que se desplazó a la isla al tener conocimiento del hecho. El supuesto informe de Montes Sobrino está basado en el interrogatorio al que sometió al encargado del faro, que aporta datos muy sorprendientes. Los recién llegados eran monjes coptos, llegados del monte Aineros o monte Santo de Salónica. Gracias a hablar francés, el farero pudo conocer los nombres de los monjes de Alborán. Estos monjes llegaron a esta isla debido a que la guerra llegó hasta sus dominios, donde se habían dedicado a la contemplación, y decidieron buscar un lugar más tranquilo apartado del Mediterráneo: Alborán. Los monjes no desistieron de sus propósitos iniciales y levantaron su pequeño monasterio; no tuvieron problemas para conseguir los materiales necesarios, ya que, a pesar de la guerra, cualquier barco que se detenía en la isla les suministraba todo tipo de material. Según el farero, antes de un año de su llegada, el monasterio ya contaba con una campana, que servía para llamar a la oración a los miembros de dicha comunidad y que hacían sonar cada vez que la niebla empañaba la luz del faro. Para terminar, es lógico que Elías Montes quedara impresionado por el ambiente de esta colonia, que era, en su opinión, lo mejor que le podía pasar a la isla de Alborán, por lo que estaba dispuesto a defender hasta el fin a los monjes frente a las insidias de los que afirmaban que los monjes eran espías disfrazados. Es una pena que el monasterio se perdiera en el tiempo de la misteriosa forma en que se inició, hasta el punto de no haber sido citado por ninguna fuente y ni siquiera los infantes de marina han encontrado restos de nada.